martes, 14 de agosto de 2012

De príncipes, princesas y ranas.

¿Cómo sabemos si una persona es un amigo de verdad? 
Conozco gente que piensa que la única forma de reconocer a un amigo es conforme pasa el tiempo y sigue estando ahí, para lo bueno y para lo malo. Sin embargo, otras personas están más de acuerdo con la idea de que un amigo no se hace por cuantas experiencias comparta contigo, sino por la intensidad de dichas experiencias.
Yo, sinceramente, he pasado por épocas de inclinarme más por una opinión que por otra. Ha habido personas que me han demostrado muchísimo en muy poco tiempo y sin embargo otras que conozco desde hace siglos y se han convertido en amigos por la cantidad de cosas que hemos vivido juntos. También es cierto que hay personas que conoces de toda la vida y te llenan menos que un polo de limón...
Hoy en día, sigo sin saber muy bien qué me parece más cierto. Creo que, para variar, depende de la persona. He cometido el error de creer que había encontrado amigos por vivir experiencias fuertes con ellos y de repente han desaparecido. Sin embargo, hay otros que siguen ahí y me siguen demostrando que son amigos con todas las letras.
Sinceramente, creo que lo de la intensidad de las experiencias es una idea un poco romántica. Estoy de acuerdo en que pasar por ciertas experiencias fuertes une mucho más a la gente que quizás un año lleno de "nada", pero si algo he aprendido con el tiempo es que una persona siempre es más de lo que aparenta, aunque sea en simpleza. 
Las personas son los bichos más predecibles y a la vez impredecibles del planeta. Son jodidamente simples para algunas cosas y tremendamente complicadas para otras. 
Hay algo que tengo claro, sólo puedes empezar a "predecir" o a esperar algo de alguien con el paso del tiempo. Tengo amigas que conozco desde los 3 años y siguen sorprendiéndome en ciertas reacciones. ¿Cómo no iba a sorprenderme alguien que conozco desde hace un par de años, por ejemplo?
Yo creo que hay una especie de componente algo mágico que se da entre personas, pocas veces. Hay quien lo llama "feeling". A mi me parece que esa palabra sólo sirve para describir una parte de ese componente. Yo creo que es una chispa extraña, una especie de conexión que se da entre dos personas y que las hace estar más unidas que otras en un período más corto de tiempo. Por supuesto no me refiero a nada relacionado con asuntos de amor, aunque también ocurra en ese terreno.
Creo que hay gente que simplemente tarda mucho menos en "entenderse", gente que en unos meses es capaz de mirar a otra persona y saber qué está pensando o cómo le ha sentado algo que acaba de ocurrir. Esta conexión me parece una de las cosas más fascinantes de las personas y no deja de asombrarme y hacerme sentir especial cada vez que me ocurre con alguien.
Sin embargo, el que alguien sepa que te ocurre algo no implica que vaya a intentar ayudarte. O más bien, intentar ayudarte el primer mes de conocerte no implica ayudarte cada vez que note que te pasa algo. 
Una amiga me dijo una vez que cuando conocemos a alguien siempre damos lo mejor de nosotros mismos, pero que cuando pasa el tiempo y sabemos que "tenemos" a esa persona, nos olvidamos un poco del tema y simplemente "somos". Una expareja mía hacía alusión a esto también y lo solía llamar "modo conquistador".
Y así es, cuando conocemos a alguien que nos interesa (ya sea como amigo, como pareja, como jefe...)nos convertimos en príncipe azul. Exprimimos al máximo nuestras mejores cualidades para demostrar a la otra persona lo genial que sería que nos tuviera en su vida. Después llega el momento rana, porque seamos francos, los príncipes y las princesas para las películas Disney. Llega un momento en el que sabemos que esa persona nos ha "aceptado", y a partir de ahi, no es que lo hagamos conscientemente, sino que de manera automática empezamos a relajarnos y a ser menos cuidadosos con lo que piense la otra persona de nosotros. Aquí es donde sale la persona de verdad y esto sólo aparece con el tiempo.
En mi opinión aquí es donde reside el fracaso de muchas parejas. Y bueno, también de muchos amigos, aunque es menos acusado. 
¡Señores! Hay que cuidar a la gente siempre, no sólo al principio. Al principio hay que ganársela, después hay que conservarla. Si las plantas, con raiz, tallo y poco más, necesitan de una temperatura y de ser regadas, imaginaos las personas con lo complicadas que somos. Una jarrita de agua no pesa tanto, regad a las personas. Un "te quiero", un besito, un abrazo, una caricia, un detalle porque sí, una escapada, un día sólo para ella, una cerveza, un viaje, un paseo, una llamada, un mensaje divertido...¡Yo que sé! Hay mil formas de hacer sentir a alguien especial, hay formas que no nos cuestan nada.
Parejas: un "hoy sólo tú", una imagen un poquito más atractiva aunque sea domingo y compartáis casa, una vuelta atrás, un "no dar las cosas por sentado", un "tú quédate ahí que hoy te cuido yo", una sonrisa.
Amigos:  un ratito sólo para los dos, un regalito porque sí, un "no sé qué haría sin ti" bien dicho, un "hoy no te quedas en casa porque yo lo digo"....

Hoy mi paranoia mental va para mi palomita, que está lejos de casa, sin vacaciones y con fiebre la pobre mía; porque es una de esas personas que vive siempre en "modo conquistador", porque estoy enamorada de su sonrisa y de su forma de cuidar a las personas absolutamente todos los días y porque verla "crecer" de la manera en que ella sabe, es una de las sensaciones más bonitas que voy a sentir en la vida. 

Lo dicho, ¡A quererse!

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