miércoles, 16 de enero de 2013

A lo ¿Perdido?

Supongo que es cierto eso de que "de todo se aprende".
De hecho hay cosas de las que sólo se aprende, porque más... no nos dejan.

Mi último año podría resumirse en gran parte con esto último.
Lejos de querer sonar triste, tengo que decir que en 2012 mi lista de decepciones o "personas estafa" se ha quedado sin plazas. O eso pensaba yo, pero otra cosa que he aprendido (tócate los cojones) es que esta lista siempre tiene plazas de reserva. Así. Pa´l que las quiera. 

Como de todo se aprende, yo también he aprendido de la decepción. Y lo que he aprendido es que tiene algo bueno: que te cura de espantos. Que a la primera se te cae el mundo encima, a la segunda se te cae dos veces, a la tercera medio te molesta y a la cuarta te chirría, pero hasta te hace gracia.
Lo bueno de la decepción es que llega un momento en el que ya no puedes sentir más.
Supongo que por eso 2012 ha sido un buen año al fin y al cabo. No por falta de decepciones, sino por falta de ganas de que las decepciones me hagan pupa.

Aún no tengo del todo claro cómo quiero llegar a ser. Pero sé que no quiero ser como tú, ni como tú, ni como tú ni mucho menos como tú.

Hoy estoy justiciera.


1 comentario:

  1. Lo de las decepciones es cierto, llega un momento, sin necesidad de que te haya pasado cientos de veces, en que ya no te afecta tanto. Simplemente te das cuenta de que son cosas de la vida.

    Un besito.

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