sábado, 20 de marzo de 2010

Sobre lo irónico de "ser egoísta"

En la sociedad actual hay cientos y cientos de motivos para 3 cosas: echar la culpa a los demás de nuestras desgracias, creernos egoístas y no querernos nada.

Tiene gracia que todo el mundo luche por libertades cuando la mayoría de la gente, luego no sabe qué hacer con esa libertad. No ser libre es difícil, por supuesto, pero ser libre puede que lo sea más aún. Cuando uno es libre, debe tomar sus propias decisiones y una decisión siempre tiene consecuencias, que pueden ser buenas, pero también malas. Es muy fácil sentirnos y proclamarnos responsables de las buenas consecuencias de nuestras acciones, pero rara vez nos acusamos a nosotros mismos de la malas consecuencias de las mismas. Siempre nos quedarán los clásicos “el profesor me tiene manía”, “Godofredo es un hipócrita que no hace más que insultar a los demás”y un larguísimo etc. Supongo que nadie se imagina a si mismo diciendo cosas como “No he tenido las suficientes ganas como para estudiar lo suficiente” o “no me quiero ni soy lo suficientemente independiente como para pasar olímpicamente de los comentarios de Godofredo”, pero lo cierto es que si al menos lo pensáramos nos iría bastante mejor la mayoría de las veces.

Pero, ¿Cómo querernos en una sociedad en la que el que siente un mínimo de amor hacia sí mismo es tachado de prepotente?. Apuesto lo que sea a que casi nunca o nunca habéis escuchado al salir de un examen al compañero que tiene un diez decir “Es justo la nota que me merezco, soy un buen estudiante”, es más típico el “tengo un 10 tío…no me lo creo, no me preguntes cómo” joder, sabes cómo y lo sabes porque has estudiado como un asqueroso. Y no lo digo en sentido despectivo, porque soy la primera a la que esto le ha pasado alguna vez (aunque no con una nota de 10 creo recordar).

Lo mismo pasa cuando uno decide pensar en si mismo antes que en los demás. Si uno decide no ir a un funeral porque por las razones que sea no le apetece hacerlo automáticamente es un egoísta que no está con la gente que quiere cuando tiene que estar. Es curioso, porque hay momentos en los que hay que estar primero con uno mismo y luego con los demás, pero parece que esto ya no tiene ningún sentido para nadie. Seguramente tampoco para el que lo esté leyendo ahora.

Da igual que esa persona esté con el bajón del siglo y crea que ir a ese funeral va a causarle más daño que ayuda, da igual si se siente incómoda allí por la razón que sea, da igual si prefiere estar sola y llorar la pérdida de alguien en ese momento sin compañía. No importa nada, excepto que es una mala persona porque no está donde debe estar según la opinión de los demás.

Me gustaría decirle al que lea esto que mande al carajo la opinión de los demás alguna vez, que esté donde se sienta bien porque ahí y justo ahí es donde tiene que estar, que deje de pensar en lo que es una buena persona a ojos de los demás y sea una buena persona (que se empieza por serlo estando bien)a sus ojos, que se gaste dinero en sí mismo y compre un regalo más pequeño a los otros (qué egoísmo!!), que reconozca su buen trabajo y que mande a tomar por culo cómo le miren los demás y que se sienta libre de decir “no hago esto porque no tengo ganas” y no ponga excusas falsas por quedar bien.

Por propia experiencia, diré que es más fácil de lo que parece pensar siempre en los demás (sobre todo si es alguien a quien se quiere) y poco o nada en uno mismo y no existe nada peor que perderse, sobre todo porque en ocasiones es muy difícil volverse a encontrar.

2 comentarios:

  1. vale, pero... ¡¡¡la mayoría de las veces (Y NO ES BROMA) no sé cómo he podido sacar un 10!!! (y sabes que he sacado algunos...)

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  2. ¡¿Cómo puedes decir que tu blog es un coñazo?! Eso también entra dentro de lo que comentas de quererse y apreciarse a sí mismo... ;-)

    Es curioso, en la charla a la que fuimos el día que quedamos contigo hablaron de cierto individualismo que se considera natural en países como EE UU, pero aquí están vistos como repulsivos. Aunque la mayoría de cosas que aparecen en TV son falsas, en las series muchas veces hemos visto al típico "alumno estrella" que saca dieces y es un súper deportista. Ese alumno va diciendo por ahí que ha sacado un 10, ¡sin que nadie le mire mal ni le llame creído! Porque es lo que se estila. Una competitividad, a lo mejor a veces un tanto insana, sí, pero digna de vez en cuando, y necesaria creo yo. ¿Qué hay de malo en decir que te va bien en la vida? ¿Que eres feliz? ¿O que has sacado un puto 10?

    Yo, no es por presumir precisamente, pero cuando saco un 9 lo digo abiertamente: me alegro, he estudiado y aquí está el resultado. Cuando saco un 5 o un 6, rara vez le echo las culpas al profesor. Tenemos lo que nos merecemos, habrá que estudiar más la próxima vez. No vale eso de que nos tienen manía o que estoy muy estresado. ¡La mayoría de la gente dice abiertamente que está estresada cuando no sabe lo terrible que es tener estrés de verdad! Tú, que eres psicóloga ya, lo sabrás mejor que nadie.

    Por cierto, hay un librito en la Fnac que se llama algo así como El libro para ser feliz. Algunas de las indicaciones van desde "visita un museo", "concédete un capricho", "baila", "pasa un fin de semana al aire libre", etc. =) Está curioso.

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